Como gran parte de lo que sucede en NA, el intercambio libre de experiencias e ideas en un ambiente de apoyo y respeto mutuos contribuye al crecimiento y la comprensión.
_-Los principios que nos guían, Introducción, «Inventario de grupo y talleres de servicio»_
«Es como si hubiera tenido anteojeras, gafas de sol oscuras y tapones en los oídos… ¡Ah, y también la boca tapada con una mordaza! -compartió una compañera-. Mi visión de la vida estaba muy empañada, era muy oscura y estrecha. Y secreta. No entraba ni salía ninguna información».
«A mí me pasaba lo mismo-respondió otro miembro-, salvo lo de la mordaza. No tenía reparos en abrir la boca y decir de quién era la culpa de todo y… ¡encima, cuáles eran tus problemas!».
Antes de estar limpios, creíamos que nadie podía entender nuestras luchas y situaciones únicas. Nuestra escasa capacidad para hacer frente a los problemas y para comunicarnos nos aseguraba a menudo el papel de miembros tristemente incomprendidos de nuestra sociedad. Juzgábamos a los demás a veces internamente, otras verbalmente, pero siempre con dureza- y percibíamos que también nos juzgaban con dureza.
Abrirnos de corazón a las luchas de otros miembros, y ser vulnerables a las propias, nos ayuda a curar las heridas que tenemos cuando llegamos a las reuniones de NA. Cuando empezamos a estar dispuestos a mantener un diálogo sincero sobre nuestras ideas y a escuchar otros puntos de vista, ampliamos nuestra propia conciencia y aprovechamos mejor la sabiduría y la experiencia de los demás. Permitirnos estar presentes crea un entorno de comprensión y respeto mutuos.
«Las situaciones que en una época no significaban nada para mí, ahora tienen un significado más profundo -compartió la primera compañera. Mi concepción de «algo» más grande que yo sigue evolucionando. Mi visión de la vida es mucho más amplia».
«Sí, NA me ha abierto la mente de una manera que jamás me habría imaginado-dijo el otro miembro-. Y a veces hasta cierro la boca»,
Sentirnos queridos -y comprendidos- nos cambia.
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_*Hoy, me quitaré las anteojeras, las gafas oscuras y los tapones de los oídos. Me abriré. Escucharé. Y en cuanto a la mordaza, evaluaré cada situación en concreto para ver si debo dejarla ahí donde está o no.*_
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