«Este comportamiento de permanente búsqueda de aprobación nos hundió más en la adicción.»
_Texto Básico, p. 16_
Cuando los demás aprueban lo que decimos o hacemos nos sentimos bien; cuando lo desaprueban, nos sentimos mal. Las opiniones sobre nosotros, o cómo nos hacen sentir esas opiniones, pueden ser algo positivo. Cuando nos hacen sentir bien porque vamos por buen camino, nos animan a seguir. Pero «agradar a los demás» es algo completamente diferente. Tratamos de «agradar a los demás» cuando hacemos algo, bien o mal, únicamente para conseguir la aprobación de otra persona.
La baja autoestima nos hace creer que necesitamos la aprobación de otro para sentirnos bien con nosotros. Hacemos lo que sea para que los demás nos digan que somos maravillosos. Nos sentimos bien un tiempo y después empieza a hacernos daño. Al tratar de agradar a otra persona, nos subestimamos y subestimamos nuestros valores. Descubrimos que la aprobación de los demás no llena el vacío que tenemos dentro.
Es posible encontrar la satisfacción interna que buscamos, haciendo lo correcto por motivos correctos. Rompemos el círculo de agradar a los demás cuando dejamos de actuar únicamente para conseguir su aprobación y empezamos a comportarnos de acuerdo a la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros. Cuando lo hagamos, es posible que nos sorprenda gratamente descubrir que las personas que realmente cuentan en nuestra vida aprobarán mucho más nuestra conducta. Pero lo más importante, nos aprobaremos nosotros.
*Sólo por hoy:*
Poder Superior, ayúdame a vivir de acuerdo a principios espirituales.
Sólo entonces podré aprobarme a mí mismo.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright ©️ 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Llegamos a un punto en nuestra vida en el que nos sentimos como un caso perdido. Valíamos poco y nada para la familia, los amigos y el trabajo. Muchos no teníamos trabajo ni posibilidades de conseguirlo. Cualquier tipo de éxito nos asustaba y resultaba extraño. No sabíamos qué hacer. A medida que el odio hacia nosotros mismos aumentaba, teníamos que consumir cada vez más para disfrazar nuestros sentimientos. Estábamos hartos del dolor y los problemas. Estábamos asustados y huíamos del miedo, … pero fuéramos donde fuésemos lo llevábamos siempre con nosotros. Estábamos desesperados y nos sentíamos inútiles y perdidos. El fracaso se había convertido en nuestra forma de vida y la autoestima era algo inexistente. Quizás la desesperación era el sentimiento más doloroso de todos. El aislamiento y la negación de nuestra adicción nos hacían seguir cuesta abajo. Desapareció toda esperanza de mejorar. El desamparo, el vacío y el miedo se convirtieron en nuestra forma de vida. Éramos un fracaso completo. Lo que de verdad necesitábamos era un cambio completo de personalidad, … modificar las pautas de conducta autodestructivas. Cuando mentíamos, engañábamos o robábamos, nos degradábamos ante nosotros mismos. Ya habíamos llenado el cupo de la autodestrucción. Comprobamos nuestra impotencia. Cuando ya nada aliviaba nuestro miedo y paranoia, tocamos fondo y estuvimos dispuestos a pedir ayuda.
Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera cosa que hubiéramos pensado o hecho en el pasado, otros también las habían creído y hecho. Rodeados de otros adictos nos dimos cuenta de que ya no estábamos solos. La recuperación se hace realidad en las reuniones. Está en juego nuestra vida. Vimos que si anteponemos la recuperación a todo lo demás, el programa funciona. Tuvimos que enfrentarnos con estos tres puntos conflictivos:
_1. Somos impotentes ante la adicción y nuestra vida es ingobernable._
_2. Aunque no somos responsables de nuestra enfermedad, somos responsables de nuestra recuperación._
_3. Ya no podemos seguir echando la culpa de nuestra adicción a los demás, a los lugares ni a las cosas._
_Texto Básico pag 16 (5ta edición en castellano)_