«Algunos vimos, primero los efectos de la adicción en las personas más cercanas. Dependíamos mucho de ellas y cuando encontraban otros intereses, amigos o seres queridos, nos enfadábamos y nos sentíamos decepcionados y dolidos.»

Texto Básico, p. 8

La adicción afectó todas las áreas de nuestra vida. Así como buscábamos la droga que pusiera todo en orden, también buscábamos a las personas que nos arreglaran. Nuestras exigencias eran imposibles y alejábamos a todos los que tuvieran algo valioso que ofrecernos. A menudo, las únicas personas que quedaban eran aquellas que también estaban demasiado necesitadas como para negarse a nuestras expectativas fantasiosas. No es de extrañar que durante la adicción activa fuéramos incapaces de establecer y mantener relaciones sanas de intimidad.

Hoy en día, en recuperación, ya no esperamos que las drogas nos arreglen. Pero si todavía esperamos que lo hagan las personas, quizás haya llegado la hora de extender nuestro programa de recuperación a las relaciones. Empezamos por admitir que tenemos un problema: no tenemos ni idea de cómo tener relaciones sanas de intimidad. Buscamos a miembros de NA que hayan pasado por problemas similares y los hayan superado. Hablamos con ellos y escuchamos lo que comparten sobre este aspecto de su recuperación. Aplicamos el programa en todos los aspectos de nuestra vida, tratando de buscar en nuestras relaciones la misma clase de libertad que hemos hallado en otros aspectos de nuestra recuperación.

Sólo por hoy:

Las relaciones amorosas están a mi alcance.

Hoy examinaré los efectos de mi adicción en mis relaciones para poder empezar a recuperarme en ese terreno.

(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)

Complementación

Antes de estar dispuestos a parar, tuvimos que tocar fondo. En la última fase de nuestra adicción, por fin nos sentimos motivados a buscar ayuda. En aquel momento nos resultó más fácil ver la destrucción, el desastre y el engaño de nuestro consumo. Cuando los problemas nos miraban cara a cara, era más difícil negar nuestra adicción.

Algunos vimos primero los efectos de la adicción en las personas más cercanas. Dependíamos mucho de ellas y … cuando encontraban otros intereses, amigos o seres queridos, nos enfadábamos y nos sentíamos decepcionados y dolidos. Nos arrepentíamos del pasado, temíamos al futuro y el presente no nos entusiasmaba demasiado. Tras años de búsqueda, éramos más infelices y estábamos menos satisfechos que al principio.

Nuestra adicción nos esclavizaba. Éramos prisioneros de nuestra propia mente y nuestra culpabilidad nos condenaba. Perdimos las esperanzas de poder dejar de consumir alguna vez. Nuestros intentos de mantenernos limpios siempre fracasaban, causándonos dolor y sufrimiento.

Los adictos tenemos una enfermedad incurable llamada adicción … que es crónica, progresiva y mortal; … sin embargo, se puede tratar. Creemos que cada individuo es quien debe responder a la pregunta: “¿Soy adicto?. ”Saber cómo contrajimos la enfermedad no tiene una importancia inmediata; … lo que nos interesa es la recuperación.

Texto Básico pag 8

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