Página 19
“ Algunos de nosotros descubrimos que tenemos talentos para contribuir al mundo de otras maneras, ya sea a través de nuestra creatividad, nuestra empatía o nuestra capacidad adictiva de concentrarnos en una cosa y hacerla hasta que esté terminada. »
Vivir limpio, Capítulo 1, “Una visión de esperanza”
En NA, a menudo recordamos cómo las drogas arruinaron nuestras vidas y cómo nuestros talentos innatos finalmente no pudieron hacer frente a nuestra enfermedad. Sin embargo, cuando consumíamos, muchos de nosotros creíamos que las drogas que consumíamos eran las fundamentalmente responsables de las contribuciones positivas que hacíamos a nuestras vidas. Las drogas nos permitían tener confianza para expresarnos social, artística y sexualmente. Nos ayudaban a conciliar el sueño por la noche y despertarnos por la mañana para poder estar ahí para nuestros hijos después del trabajo y antes de la escuela. El consumo nos daba una concentración nítida y aumentaba nuestra productividad en el trabajo, lo que complacía a nuestros empleadores y calmaba nuestras inseguridades. Aun así, al final nos derrumbamos. Como dijo un miembro: «Pensé que era funcional, pero resultó que simplemente estaba drogado».
Cuando empezamos a dejar de consumir drogas, nos aterra que nuestro rendimiento se resienta y decepcionemos a los demás. Sin drogas, creemos que ya no somos seres creativos o que somos unos piratas informáticos sin talento que nunca lo fueron. Dudamos de que seamos capaces de funcionar, y mucho menos de completar proyectos en un plazo de entrega. ¿Nuestras familias nos seguirán queriendo, porque, seguramente, seremos menos tolerantes y divertidos? ¿Y qué pasa con el sexo?
A medida que nos curamos, empezamos a entender que el pozo profundo de nuestra creatividad, nuestra empatía y nuestra concentración proviene del desarrollo de una relación más honesta con nosotros mismos y una conexión con un Poder Superior. Aprendemos a reconocer y liberar, aunque sea un poquito, nuestra necesidad de perfección y validación. Nuestras expectativas sobre nosotros mismos se vuelven más realistas, y eso nos da más integridad en la forma en que contribuimos a nuestras vidas. Reorientamos la energía desperdiciada que gastamos comparándonos con los demás hacia el servicio a otros adictos y a nuestros seres queridos. E incluso podemos descubrir nuevos talentos y habilidades que nunca supimos que teníamos.
——— ——— ——— ——— ———
Sé que tengo algo que ofrecer al mundo. Si no sé qué es, estoy dispuesto a pedir ayuda para averiguarlo. Si ya lo sé, permítanme buscar orientación sobre cómo ofrecerlo con humildad y generosidad.