«Aprendemos a vivir de otra manera. Ya no estamos limitados a nuestras viejas ideas.»
_Texto Básico, p. 65_
De niños puede que a algunos nos hayan enseñado y a otros no a diferenciar el bien del mal y otros principios básicos. Da igual, en el momento en que descubrimos la recuperación la mayoría sólo teníamos una idea de lo más vaga sobre cómo vivir. Nuestro aislamiento de la sociedad nos había hecho ignorar las responsabilidades humanas básicas y desarrollar extrañas habilidades de supervivencia para arreglárnosla en el mundo en que vivíamos.
Algunos no sabíamos cómo decir la verdad; otros éramos tan francos que heríamos a todos aquellos con los que hablábamos. Algunos no podíamos afrontar ni el más sencillo de los problemas personales; mientras que otros tratábamos de resolver los problemas del mundo entero. Algunos jamás nos enojábamos, aunque nos trataran injustamente; mientras otros no tardábamos en soltar nuestras quejas contra todo y todos.
Tengamos los problemas que tengamos, por muy graves que sean, en Narcóticos Anónimos todos tenemos la oportunidad de aprender a vivir otra vez. Quizás nos haga falta aprender a ser buenos y a ocuparnos de los demás. Quizás debamos aceptar responsabilidades personales. O tal vez tengamos que superar el miedo y correr algunos riesgos. Pero de una cosa podemos estar seguros: cada día, simplemente por vivir la vida, aprendemos algo nuevo.
*Sólo por hoy:*
Sé más acerca de vivir que ayer, pero no tanto como mañana.
Hoy aprenderé algo nuevo.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Nuestros nuevos amigos de la confraternidad nos ayudarán. La recuperación es nuestro esfuerzo común. Limpios, nos enfrentamos juntos al mundo. Ya no tenemos por qué sentirnos acorralados, a merced de los acontecimientos y circunstancias. Tener amigos que se preocupan cuando sufrimos es otra cosa. Encontramos nuestro lugar en la confraternidad y nos integramos en un grupo cuyas reuniones nos ayudan en nuestra recuperación. Durante tanto tiempo hemos sido indignos de confianza, que la mayor parte de nuestros amigos y familiares dudarán de nuestra recuperación; .…piensan que no durará. Necesitamos personas que entiendan nuestra enfermedad y el proceso de recuperación. En las reuniones podemos compartir con otros adictos, hacer preguntas y aprender sobre nuestra enfermedad. *Aprendemos a vivir de otra manera. Ya no estamos limitados a nuestras viejas ideas.*
Poco a poco reemplazamos nuestros viejos hábitos por nuevas formas de vida y .…estamos dispuestos a cambiar. Asistimos regularmente a reuniones, pedimos números de teléfono y los usamos, leemos literatura, y lo más importante: no consumimos. Aprendemos a compartir con los demás. Si no le decimos a nadie que estamos sufriendo, difícilmente lo vea. Si pedimos ayuda, podemos recibirla.
Otra herramienta para el recién llegado es integrarse en la confraternidad. A medida que nos integramos aprendemos a poner el programa en primer lugar y a tomarnos con calma otros asuntos. Empezamos por pedir ayuda y poner en práctica las sugerencias que nos hacen en las reuniones. Es beneficioso permitir que otras personas del grupo nos ayuden. Con el tiempo, nosotros también podremos transmitir lo que nos han dado. Aprendemos que el servicio a los demás nos ayuda a salir de nosotros mismos. Podemos empezar haciendo pequeños trabajos: vaciar ceniceros, hacer el café, limpiar y preparar el local, abrir la puerta, coordinar o moderar la reunión, repartir literatura. Todo esto nos ayuda a sentirnos parte de la confraternidad.
Texto Básico pag 65