Hay momentos en nuestra recuperación en que pedir ayuda a Dios es nuestra mayor fuente de fortaleza y valor.
Texto Básico, p. 31
Cuando hacemos el Tercer Paso, decidimos dejar que Poder Superior bondadoso nos guíe y cuide en nuestra vida diaria. Tomamos la decisión de dejar que esta orientación y protección entre en nuestra vida. Algunos creemos que una vez hecho el Tercer Paso, Dios nos guía. A partir de entonces, es sólo cuestión de ver hacia dónde nos lleva.
La decisión del Tercer Paso es un acto de fe, y pedir la ayuda de Dios es una forma de renovarlo. Poner la fe en acción, en nuestra vida cotidiana, nos da el valor y la fortaleza que necesitamos, porque sabemos que contamos con la ayuda de un Poder Superior bondadoso. Confiamos en que todas nuestras necesidades serán cubiertas. Podemos utilizar esa fe y esa confianza sólo con pedirlas.
*Sólo Por Hoy:*
Recordaré que no estoy solo, pidiéndole a mi Poder Superior que me ayude en cada paso del camino.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)._
Aunque sepamos que esta «entrega» funciona, puede que todavía queramos retomar el control de nuestra voluntad y nuestra vida. Incluso, hasta puede que lleguemos a enojarnos porque Dios lo permite. Hay momentos en nuestra recuperación en que pedir ayuda a Dios es nuestra mayor fuente de fortaleza y valor. Podemos tomar esta decisión tantas veces como sea necesario. Nos rendimos tranquilamente y dejamos que el Dios que nosotros concebimos cuide de nosotros.
Al principio teníamos algunas preguntas en la cabeza que no paraban de darnos vueltas: «¿Qué pasará cuando entregue mi vida?¿Me volveré “perfecto”?» Quizás hayamos sido más realistas. Algunos tuvimos que recurrir a un miembro con más experiencia en NA y preguntarle: «¿Cómo ha sido para ti?» La respuesta varía de un miembro a otro. La mayoría creemos que la clave de este paso consiste en ser receptivos, tener buena voluntad y rendirnos.
Hemos entregado nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de un Poder superior a nosotros. Si somos minuciosos y sinceros notaremos un cambio positivo. A medida que comprendemos el significado verdadero de la entrega, nuestros temores disminuyen y la fe empieza a crecer. Ya no luchamos contra el miedo, la ira, la culpa, la autocompasión ni la depresión. Nos damos cuenta de que el Poder que nos trajo a este programa sigue estando con nosotros y continuará guiándonos si se lo permitimos. Poco a poco empezamos a perder el miedo paralizador de la desesperación. La prueba de este paso se ve en la manera en que vivimos.
Texto Básico pag 31