Tratamos de reducir las distracciones para poder concentrarnos en el conocimiento que surge de la conexión espiritual.

-Guías para trabajar los pasos de NA, Undécimo Paso, «Oración y meditación»

Las distracciones son complicadas: cuanto más tratamos de deshacernos de ellas, más fuertes parecen volverse. Por ejemplo, si nos pasamos toda la reunión pensando en no sacar el teléfono, es probable que escuchemos tan poco de lo que se comparte como si tuviéramos el teléfono en la mano todo el tiempo. Y peor aún, si ponemos toda nuestra energía en pensar en los teléfonos que miran los demás, ¿hasta qué punto escuchamos de verdad? Igual que sucede en nuestra relación con las reuniones a las que asistimos, mejoramos nuestro contacto consciente con un Poder Superior cuando nos concentramos en el contacto más que en las distracciones.

Todos tenemos un montón de técnicas de distracción que nos permiten evitar estar presentes en el momento actual. A lo mejor nos quedamos un buen rato mirando una pantalla para distraernos de la tristeza, el enojo o el aburrimiento. Tal vez el perro del vecino que no para de ladrar o el camión de la basura que pasa por la calle con un ruido ensordecedor nos distrae de la meditación, o… el aire que corre. Sea cual sea el origen de nuestra distracción, interno o externo, real o imaginario, las distracciones interfieren con nuestro contacto consciente: con nosotros mismos, entre nosotros y con nuestro Poder Superior.

¿Cómo hacemos para mantenernos concentrados? En una reunión, es tan sencillo como escuchar con atención lo que se comparte. Si nuestra mente empieza a vagar por el teléfono que tenemos en el bolsillo (o el que está en la mano de alguien), simplemente volvemos a prestar atención a la persona que comparte. Durante la meditación, sencillamente escuchamos a lo que sea que haya allá>>. Si vemos que nuestra mente empieza a deambular, volvemos a prestar atención al momento presente. Si nos centramos en donde estamos en este momento, podemos retomar el contacto con nuestro Poder Superior. Escuchamos, compartimos y a menudo descubrimos que ya tenemos exactamente lo que necesitamos.

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*Saber escuchar y compartir en las reuniones puede ayudarme a saber escuchar y compartir mejor con mi Poder Superior. Si mi mente se dispersa y se aleja del contacto consciente, no me detendré en la distracción, solo volveré a poner mi atención en el momento que estoy compartiendo con mi Poder Superior.*

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