«Examinaremos nuestra vida y descubrimos quiénes éramos en realidad. La verdadera humildad consiste en aceptarse y tratar honestamente de ser uno mismo.»
_Texto Básico, p. 42_
Las exigencias de nuestra enfermedad durante la adicción activa determinaban nuestra personalidad. Podíamos ser quienes hiciera falta y hacer lo que fuera, para conseguir nuestra «dosis». Éramos máquinas de supervivencia y nos adaptábamos fácilmente a cualquier circunstancia de la vida de la adicción activa.
Cuando comenzamos nuestra recuperación, empezamos una vida nueva y diferente. Muchos no teníamos ni idea de cuál era el comportamiento apropiado en determinadas situaciones. Algunos no sabíamos cómo hablar con la gente, como vestirnos o cómo comportarnos en público. No podíamos ser nosotros mismos porque ya no sabíamos quiénes éramos.
Los Doce Pasos nos ofrecen un método sencillo para averiguar quiénes somos en realidad. Descubrimos nuestras virtudes y defectos, las cosas que nos gustan de nosotros y las que no nos entusiasman tanto. Gracias a la fuerza curativa de los Doce Pasos, empezamos a comprender que somos individuos que nuestro Poder Superior, tal como lo concebimos, ha creado para ser lo que somos. El auténtico proceso de sanar comienza cuando comprendemos que si nuestro Poder Superior nos ha creado así, debe de estar bien que seamos quienes somos en realidad.
*Sólo por hoy:*
Mediante el trabajo de los pasos puedo tener la libertad de ser yo mismo, la persona que mi Poder Superior quería que fuera.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Llegamos al Séptimo Paso tras haber decidido que queremos que Dios nos alivie de los aspectos inútiles y destructivos de nuestra personalidad. No podíamos afrontar la dura prueba de la vida completamente solos. Hasta que convertimos nuestra vida en un auténtico desastre no nos dimos cuenta de que solos no podíamos. Al admitirlo, conseguimos vislumbrar el concepto de humildad. Este es el elemento principal del Séptimo Paso. La humildad es el resultado de ser honestos con nosotros mismos. Hemos practicado la honestidad desde el Primer Paso. Aceptamos nuestra adicción e impotencia. Encontramos una fuerza por encima de nosotros y aprendimos a confiar en ella. Examinamos nuestra vida y descubrimos quienes éramos en realidad. La verdadera humildad consiste en aceptarse y tratar honestamente de ser uno mismo. Ninguno de nosotros es completamente bueno ni terriblemente malo. Somos personas con nuestros defectos y virtudes; …somos humanos, esto es lo más importante.
La humildad es tan importante para mantenernos limpios, como lo son el agua y la comida para estar vivos. Cuanto más avanzaba nuestra adicción, mas energía poníamos en satisfacer nuestros deseos materiales. El resto de las necesidades estaban fuera de nuestro alcance. Siempre queríamos la gratificación inmediata de nuestros deseos básicos.
El Séptimo Paso es un paso de acción, es el momento de pedirle a Dios ayuda y alivio. Tenemos que entender que nuestra manera de pensar no es la única; otras personas pueden orientarnos. Cuando alguien nos señala un defecto, quizás nuestra primera reacción sea ponernos a la defensiva. Debemos reconocer que no somos perfectos. Siempre hay posibilidades de crecer. Si de verdad queremos ser libres, tenemos que escuchar con atención lo que otros adictos nos sugieran. Si los defectos que descubrimos son reales y tenemos la oportunidad de librarnos de ellos, sin duda experimentaremos una sensación de bienestar.
Texto Básico pag 42