Cuando vemos a alguien con un defecto que nosotros también hemos tenido, sentimos compasión en vez de juzgar, pues sabemos con precisión cuánto dolor causa esa conducta.
_-Funciona, Sexto Paso_
Raramente nos olvidamos del dolor del consumo de drogas y los estragos que causó. Sin embargo, tenemos bastante más mala memoria sobre el dolor y los estragos causados, a nosotros y a los demás, por otros tipos de comportamientos. Ser exageradamente controladores en las reuniones y demasiado susceptibles en el trabajo. Perfeccionistas. Acostumbrados a guardar secretos, meternos en peleas, apostar por la combinación «mentir-engañar-robar» y… ¡ponernos a la defensiva! Ser testigos de esa conducta en nuestros compañeros adictos en recuperación, y el dolor que provoca, con frecuencia nos saca de las casillas, pero ¿a quién juzgamos en realidad?
«El que lo dice lo es», señala un compañero con ironía. Sí, es verdad. Así somos.
Esperemos que recordar esta sencilla afirmación sobre juzgar a los demás, un hecho que con frecuencia surge de la incomodidad con nuestro propio comportamiento, ponga freno a nuestra actitud negativa y despierte en cambio nuestra compasión. Poder sentir compasión por quienes se dejan llevar por sus defectos de carácter, sobre todo si tenemos los mismos, demuestra una madurez considerable. Es la intersección entre humildad y compasión. Sabemos de primera mano que ese comportamiento es el resultado del dolor, no su causa. A medida que nos desarrollamos espiritualmente, empezamos a perdonar -tanto a nosotros como a los demás, cosa que da lugar a sentir empatía. Podemos ser más cariñosos y comprensivos. Podemos ser útiles. Tanto si observamos a un adicto en la calle que hace lo que los adictos hacen para conseguir otra dosis, a un miembro que recae una y otra vez o a un compañero con experiencia que se va de una reunión de trabajo dando un portazo, podemos basarnos en nuestra propia experiencia y sentir compasión.
Nuestro viaje de autodescubrimiento se hace más profundo cuando nos damos cuenta de la reciprocidad entre sentir compasión por nosotros mismos, recibirla de otros y poder ofrecerla.
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_*La próxima vez que me molesten las actitudes de otro miembro, miraré dentro de mí. Optaré por demostrar compasión por el adicto que todavía sufre porque yo también estuve allí y volveré a estarlo.*_
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