«Nuestra condición espiritual es la base para una recuperación exitosa que ofrece un crecimiento ilimitado.»

Texto Básico, p. 51

Cuando nuestros miembros celebran el aniversario de su recuperación, a menudo dicen que en NA han «crecido». Pues bien, pensamos, ¿qué significa eso? Empezamos a preguntarnos si ya somos adultos. Revisamos nuestra vida y vemos que sí, que todos los atributos de la madurez están allí: el talonario de cheques, los hijos, el trabajo, las responsabilidades. Sin embargo, por dentro a menudo nos sentimos como niños. Con frecuencia la vida todavía nos confunde. No siempre sabemos cómo actuar. A veces nos preguntamos si de verdad somos adultos, o si somos niños dentro de un cuerpo adulto y con responsabilidades de adultos.

Ni la edad física ni el grado de responsabilidad son las mejores maneras de medir el crecimiento, sino nuestro estado espiritual, la base de nuestra recuperación. Si todavía dependemos de la gente, los lugares y las cosas para que nos brinden satisfacción interior, como un niño que depende de sus padres para todo, está claro que debemos crecer un poco más. Pero si nos apoyamos con firmeza sobre la base de nuestra condición espiritual, teniendo en cuenta que nuestra responsabilidad más importante es mantenerla, podemos afirmar que somos maduros. Sobre esta base, nuestras oportunidades de crecer son ilimitadas.

*Sólo por Hoy:*

La medida de mi madurez es el grado de responsabilidad que asumo para el mantenimiento de mi condición espiritual.

Hoy será mi prioridad más importante.

_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_

Complementación

«Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como lo concebimos, pidiéndole solamente conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para cumplirla» Los primeros diez pasos nos han permitido mejorar nuestro contacto consciente con el Dios que concebimos. Nos dieron la base para lograr los objetivos positivos que tanto buscábamos. Al entrar en esta fase de nuestro programa espiritual mediante la práctica de los diez pasos previos, la mayoría acogemos de buen grado el ejercicio de la oración y la meditación. Nuestra condición espiritual es la base para una recuperación satisfactoria que ofrece un crecimiento ilimitado.

Muchos empezamos a apreciar de verdad nuestra recuperación al llegar al Undécimo Paso. En él, nuestra vida cobra un sentido más profundo. Al renunciar al control, conseguimos un poder mucho más grande. La naturaleza de nuestra creencia determinará nuestra forma de orar y meditar. Lo único que necesitamos es estar seguros de que nuestra manera de creer nos funciona. En recuperación, lo que cuentan son los resultados. Como ya se ha mencionado, nuestras oraciones parecieron funcionarnos desde el momento en que llegamos al Programa de Narcóticos Anónimos y nos rendimos ante nuestra enfermedad. El contacto consciente que aquí se describe es el resultado directo de vivir los pasos. Empleamos este paso para mejorar y mantener nuestra espiritualidad.

Cuando llegamos a NA, recibimos ayuda de un Poder más grande que nosotros. Fue un proceso puesto en marcha por nuestra rendición al programa. El propósito del Undécimo Paso es tomar mayor conciencia de este poder y mejorar capacidad de usarlo como fuente de fortaleza en nuestra nueva vida.

Texto Básico pag 51

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