«Nuestra enfermedad nos aislaba de los demás… Éramos hostiles, rencorosos, egocéntricos, egoístas y nos aislábamos del mundo exterior.»
Texto Básico, p. 4
La adicción es la enfermedad del aislamiento, nos separa de la sociedad, de la familia y de nosotros mismos. Nos escondíamos, mentíamos. Despreciábamos la vida que tenían otros, porque sin duda la considerábamos fuera de nuestro alcance. Lo peor de todo era que nos decíamos que no pasaba nada malo con nosotros, a pesar de que sabíamos que estábamos terriblemente enfermos. El contacto con el mundo y con la realidad en sí estaba interrumpido. Nuestra vida ya no tenía sentido y nos alejábamos cada vez más de la realidad.
El programa de NA está diseñado especialmente para personas como nosotros. Nos ayuda a reconectarnos con la vida que tenemos que vivir y nos saca del aislamiento. Dejamos de mentirnos sobre nuestra condición; admitimos nuestra impotencia y la ingobernabilidad de nuestra vida. Empezamos a tener fe en que nuestra vida puede mejorar, que la recuperación es posible y que la felicidad no siempre está fuera de nuestro alcance. Nos volvemos honestos, dejamos de escondernos, «damos la cara y decimos la verdad», pase lo que pase. Y mientras lo hacemos, establecemos los lazos que conectan nuestra vida personal con la vida más amplia que nos rodea.
Los adictos no tenemos que vivir en aislamiento. Los Doce Pasos, si los practicamos, pueden devolvernos el contacto con la vida y el vivir.
*Sólo por hoy:*
Formo parte de la vida que me rodea.
Practicaré mi programa para fortalecer mi relación con el mundo.
(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)
Complementación
No elegimos convertirnos en adictos. Sufrimos una enfermedad que tiene manifestaciones antisociales que dificultan su detección, diagnóstico y tratamiento.
Nuestra enfermedad nos aislaba de los demás, excepto cuando buscábamos drogas, consumíamos y buscábamos formas y medios de conseguir más. Éramos hostiles, rencorosos, egocéntricos, egoístas y nos aislábamos del mundo exterior. Cualquier cosa un poco desconocida se convertía en algo extraño y peligroso. Nuestro mundo se encogió y el aislamiento se convirtió en nuestra vida. Consumíamos para sobrevivir; .…era la única forma de vida que conocíamos.
Algunos usamos y abusamos de las drogas, aun así no nos considerábamos adictos y … seguíamos repitiéndonos: «Puedo controlarlo». Nuestros conceptos equivocados sobre la naturaleza de la adicción estaban llenos de imágenes de violencia y delincuencia en las calles, agujas sucias y cárceles.
Cuando trataban nuestra adicción como un delito o una deficiencia moral, nos rebelábamos y nos aislábamos aún más. Algunas veces nos drogábamos y nos sentíamos bien, pero con el tiempo, las cosas que tuvimos que hacer para seguir consumiendo fueron un reflejo de nuestra desesperación. Estábamos en las garras de nuestra enfermedad. Nos veíamos obligados a sobrevivir como podíamos. Manipulábamos a las personas y tratábamos de controlar todo lo que nos rodeaba. Mentíamos, robábamos, engañábamos y nos vendíamos. Teníamos que tener drogas a toda costa. El fracaso y el miedo empezaron a invadir nuestra vida.
Texto Básico pag. 4