«La adicción es una enfermedad que afecta a toda la familia, pero sólo podíamos cambiarnos a nosotros mismos.»
_IP N°13, Juventud y Recuperacion_
Muchos procedemos de familias seriamente dañadas. A veces, la locura que reina entre nuestros parientes resulta agobiante. Por momentos tenemos ganas de preparar la maleta e irnos lejos, muy lejos.
Rezamos para que los miembros de nuestra familia se nos unan en la recuperación, pero, para nuestra gran tristeza, esto no siempre sucede. A veces, a pesar de todos nuestros esfuerzos por llevar el mensaje, vemos que no podemos ayudar a quienes más queremos. Nuestra experiencia de grupo nos ha enseñado que, con frecuencia, estamos demasiado cerca de nuestros familiares para ayudarlos. Aprendemos que es mejor dejarlos al cuidado de nuestro Poder Superior.
Hemos visto que cuando no tratamos de arreglar los problemas de nuestros familiares, les damos el espacio que necesitan para resolver sus propios asuntos. Al recordarles que no podemos resolver los problemas por ellos, nos damos la libertad de vivir nuestra vida. Tenemos fe en que Dios ayudará a nuestros familiares. Muchas veces, lo mejor que podemos brindar a nuestros seres queridos es el ejemplo de nuestra recuperación continua. Por el bien del sano juicio de nuestra familia y el nuestro, debemos dejar que nuestros familiares encuentren su propia manera de recuperarse.
*Sólo por hoy:*
Intentaré trabajar mi propio programa y dejaré a mi familia al cuidado de un Poder Superior.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
*Cuarta Parte: Problemas familiares*
Nuestra adicción afectó a todas las personas de nuestro entorno, especialmente a nuestra familia. La adicción es una enfermedad que afecta a toda la familia, pero sólo podíamos cambiarnos a nosotros mismos. Para algunos fue muy duro aceptarlo. Vimos que el simple hecho de que nosotros hubiéramos cambiado, no significaba que nuestra familia tuviera que cambiar. Tuvimos que asumir la responsabilidad que nos correspondía en la enfermedad familiar de la adicción. A pesar de haber dejado de consumir, las heridas que nuestra enfermedad les había causado tardaron en cicatrizar. Tuvimos que darles tiempo para que se acostumbraran a nuestro cambio. Muchos habíamos perdido su confianza, y vimos, tanto nosotros como ellos, que necesitábamos tiempo y paciencia para restablecerla. Descubrimos que al ser más responsables y considerados, ayudábamos a nuestra familia a confiar en nosotros. A medida que fueron comprobando nuestro cambio, a través de nuestras acciones y palabras, logramos al fin recuperar su confianza.
*Quinta Parte: Sólo por hoy*
Hemos visto adictos muy jóvenes que llevan varios años limpios. A menudo surge la pregunta: ¿Cómo lo han hecho? Ya que la mayoría de los adictos se rebelan contra la idea de comprometerse a permanecer limpios para siempre, sugerimos que te hagas el propósito de estar limpio sólo por hoy. Nuestra experiencia nos demuestra que cuando tomamos la determinación de permanecer limpios sólo por hoy, o incluso sólo por este momento, hallamos la fortaleza necesaria para recuperarnos. Sólo por hoy afrontamos nuestros problemas actuales. Sólo por hoy aceptamos nuestra situación. Sólo por hoy trabajamos nuestro programa, asistimos a reuniones, compartimos, nos preocupamos por los demás y nos abrazamos. Empezamos a vivir los pasos y experimentamos la forma de vida de NA. Aprendemos a vivir y vivimos para amar. Sólo por hoy tratamos de no complicarnos la vida.
Nos hemos dado cuenta de que no podemos vivir en el ayer y no sabemos qué nos traerá el mañana. Sin embargo, sí sabemos que podemos mantenernos limpios sólo por hoy.
*Sexta Parte: Mensaje de esperanza*
«NA sólo ofrece una promesa: librarnos de la adicción activa…» Hoy existe un programa espiritual de recuperación al alcance de todos los adictos. Ya no tenemos que sufrir o morir sin esperanza. En NA nos hemos dado cuenta de que nuestros problemas no han desaparecido, pero hemos aprendido a afrontarlos. Vemos que nuestra vida mejora. Hemos aprendido a aceptar las cosas que no podíamos cambiar. A través de la aceptación total de la realidad de nuestra adicción, en Narcóticos Anónimos hemos hallado una libertad auténtica.
«Juventud y Recuperación», 1983 -ex folleto de IP N°13