En NA, en recuperación, todos somos iguales. […] Un diploma universitario, una herencia, el analfabetismo, la pobreza, todas las circunstancias que tan poderosamente influyen sobre tantos aspectos de nuestra vida ni van a ayudar ni a impedir nuestras oportunidades de recuperarnos.
_-Funciona, Duodécima Tradición_
No hay mucho que decir sobre el principio del anonimato que nivela el terreno de juego de la adicción y la recuperación. Los adictos son adictos, y punto.
Quizás los que tenemos dinero hayamos podido ir a centros de rehabilitación de lujo o salir de la cárcel gracias a un abogado, pero eso no nos ha bastado para mantenernos limpios. No podemos comprar nuestra salida de la enfermedad. De la misma forma, los que nos creemos muy inteligentes tampoco podemos salir de la enfermedad estudiando o pensando. Es posible que la pobreza o la falta de educación limitaran las oportunidades para muchos de nosotros y, debido a nuestra adicción, corriéramos más riesgos de sufrir consecuencias negativas. Pero independientemente de dónde venimos o dónde acabamos, el primer día que estamos limpios todos tenemos las mismas oportunidades de aprovechar el programa de NA.
Sí, si la adicción es un gran igualador que nos hunde, la recuperación es otro que puede volver a levantarnos. Los adictos en recuperación son adictos en recuperación, y punto. Y el programa es el programa… para todos los adictos con el deseo de mantenerse limpios.
Cuando ya llevamos limpios un tiempo, puede que nuestra vida parezca diferente desde fuera, aunque no siempre es así. Profesión, estudios, matrimonio, familia, hogar -o la falta de ellos- no necesariamente reflejan sanación emocional y crecimiento espiritual, pero cómo nos tratamos mutuamente sí. No solo somos iguales en teoría, sino que nos tratamos así. El grado de honestidad y receptividad que tenemos es un buen indicador de nuestro progreso. Lo mismo qué la buena voluntad de asumir la parte que nos toca en los conflictos, pasados y presentes, de pedir disculpas, perdonar y mejorar. Nuestra buena disposición para aceptar responsabilidades, ayudar a los demás, crecer a través de la adversidad, ser agradecidos, parar y respirar antes de autodestruirnos o causar un dolor innecesario a otra persona… estos son los actos que nos salvarán la vida, porque todos, por igual, merecemos vivir.
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_*Los factores externos -pasados o presentes- no pueden mantenerme limpio ni hacer que consuma otra vez. Para alimentar mi recuperación internamente practicaré el anonimato exteriormente, tratando a todos los adictos en recuperación como iguales.*_
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