Hacer un servicio bondadoso es vivir espiritualmente. Primero recibimos, luego damos y después compartimos.

_-Vivir limpios, Capítulo tres, «La acción creativa del espíritu»_

Al llegar a Narcóticos Anónimos, descubrimos que somos la persona más importante de la reunión. Para muchos, es una idea aterradora, pero a algunos nos gusta que nos traten como a una estrella de rock.

Recibimos el llavero blanco y damos una vuelta olímpica durante treinta días seguidos… ¡fines de semana incluidos! Compartimos en todas las reuniones hasta que se nos acaba el tiempo (cada vez) y nos preguntamos en voz alta qué demonios estamos haciendo con «toda esta gente… sin ánimo de ofender». Deslumbramos a nuestros compañeros con nuestra teoría sobre la diferencia entre humildad y humillación. Seguro que les gusta lo que hemos explicado, porque nos dicen: «Sigue viniendo». Buscamos un padrino y lo mareamos con relatos muy detallados. Padri nos viene a buscar y nos invita a comer después de la reunión. No habla mucho, ¡pero definitivamente nos escucha!

A medida que va esfumándose nuestra condición de persona más importante y cambia a naranja el color de nuestro llavero, _Padri_ nos sugiere que escuchemos más en vez de hablar tanto, que asumamos compromisos en la reunión que no llamen la atención y que nos acerquemos y le tendamos la mano a los recién llegados. Nos dan el llavero azul de seis meses, y le preguntamos a nuestro padrino si hacemos servicio de Hel. «Buena idea», nos responde. Creemos que se alegra por nuestra iniciativa, aunque no dice nada al respecto. Nuestra pedantería cambia. Recibimos algunos choca esos cinco y fuertes abrazos de miembros que reconocen lo bien que lo estamos haciendo. Indudablemente eso nos hace sentir bien, pero que otros adictos puedan recurrir a nosotros nos hace sentir incluso mejor.

Nuestra historia continúa. Brillamos en la noche con el llavero fosforescente de un año y nos volvemos negros y dorados con el de dos. Nuestros compromisos de servicio se hacen más profundos. Nos invitan a participar en nuestra recuperación, a compartir nuestra experiencia, fortaleza y esperanza. Empezamos a tener esa extraña y nueva sensación que no podemos acabar de definir. Durante la cena -esta vez invitamos nosotros- tratamos de describir la sensación a nuestro padrino o madrina: «Es algo que tiene que ver con ser valioso. ¿Aderezado quizá con una pizca de gratitud…?». Nos esforzamos por encontrar las palabras.

«Humm -dice nuestro padrino-, me parece que estás despertando».

—————————————————————

_*Hoy preguntaré: «¿Cómo puedo prestar un servicio bondadoso?». Escucharé la respuesta y obraré en consecuencia porque así quiero vivir.*_

_Copyright © 2024 by Narcotics Anonymous World Services, Inc. All Rights Reserved_

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?