Cuando nos presentamos con receptividad y la buena voluntad de ser útiles, las recompensas pueden ser mucho mayores que nuestros esfuerzos.
-Vivir limpios, Capítulo cinco, “La familia”
El empujoncito de un padrino o madrina, el deseo de formar parte de NA, el ansia de aprobación… cualquiera de estas cosas puede ser nuestra inspiración inicial para prestar servicio. Al margen de lo que nos motive, las recompensas del servicio enseguida se hacen evidentes. Es un placer formar parte de esta colmena de actividad que se afana en mantener las puertas abiertas y el buen funcionamiento de las reuniones. Nos embarga una sensación de pertenencia cuando los miembros del grupo habitual nos llaman por el nombre y nos invitan a visitar otras reuniones. Damos la bienvenida a los miembros nuevos y les presentamos otros compañeros que se interesan por ellos de corazón. Nos damos cuenta de que nosotros también encajamos en esa descripción, así que les damos nuestro número de teléfono y alguna sugerencia: «Si dices que no a la primera, no consumes. Si la enfermedad empieza a hablarte, llama a algún compañero». Nos llena de humildad pensar que nuestra disposición de servir pueda marcar la diferencia para un posible miembro nuevo. Si lo vemos con receptividad, nos damos cuenta de que ya ha marcado una diferencia para nosotros.
Aunque los grupos sean el vehículo más potente para llevar el mensaje, la infraestructura de servicio de NA existe para ampliar nuestra capacidad de cumplir con este propósito primordial. Los miembros contribuyen al buen trabajo necesario puesto en marcha por organismos de servicio grandes y pequeños. Todos estos esfuerzos están orientados a ayudar a los adictos a encontrar el camino hacia las reuniones. Dedicamos tiempo y esfuerzo, y descubrimos que estamos cada vez más implicados, más conectados y más vivos. Nuestra buena disposición de estar presentes y arrimar el hombro significa que nuestros grupos disponen de directorios de reuniones actualizados, que la policía y los médicos nos envían adictos, que los sitios web ofrecen información actualizada y que los miembros presos tienen padrinos y literatura de NA.
Todos estos esfuerzos de servicio y más se inspiran en nuestro propósito primordial. Tenemos presente al adicto que todavía sufre cuando acudimos y descubrimos que nuestra carga se ve aligerada gracias a nuestra generosidad. Nuestro servicio a NA incide en lo que somos y en cómo interactuamos con el mundo. Dentro y fuera de NA, hacemos cosas buenas para nuestra familia y nuestra comunidad y recibimos amor a cambio. Nuestra perspicacia nos impulsa a seguir asistiendo, a devolver lo que nos han dado y a disfrutar de las recompensas.
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Hoy estoy dispuesto a estar presente y entregarme con generosidad. Es algo que me mantiene limpio y me recuerda que la abundancia de la que disfruto es el resultado de la vida que encontré en Narcóticos Anónimos.
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