«Debido a nuestra incapacidad para aceptar las responsabilidades personales, nos creábamos nuestros propios problemas.»
_Texto Básico, p. 15_
Cuando nos negamos a asumir la responsabilidad de nuestra vida abandonamos todo nuestro poder personal. Debemos recordar que somos impotentes ante nuestra adicción, no ante nuestro comportamiento personal.
Muchos usábamos equivocadamente el concepto de impotencia para evitar tomar decisiones o para aferrarnos a cosas que habían quedado atrás. Alegábamos impotencia ante todas nuestras acciones. Culpábamos a otros de nuestras circunstancias en lugar de tomar medidas efectivas para cambiarlas. Si seguimos evitando la responsabilidad afirmando que somos «impotentes», nos disponemos a ir en busca de la misma desesperación e infelicidad de nuestra adicción activa. La posibilidad de pasar años en recuperación creyéndonos víctimas es muy real.
En vez de vivir la vida sin dar la cara, podemos aprender a tomar decisiones responsables y a correr riesgos. Quizás nos equivoquemos, pero podemos aprender de esos errores. Una elevada conciencia de nosotros mismos y una creciente buena voluntad para aceptar las responsabilidades personales nos brindan la libertad para cambiar, elegir y crecer.
*Sólo por hoy:*
Mis sentimientos, acciones y decisiones son mías.
Seré responsable de ellos.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
¿Por qué estamos aquí?
Antes de llegar a NA no podíamos con nuestra vida. No sabíamos vivir ni gozar de la vida como lo hacen otros. Teníamos que tener algo diferente y pensábamos haberlo encontrado en las drogas. Anteponíamos su consumo al bienestar de nuestras familias, parejas e hijos.Teníamos que tener drogas a toda costa. Hicimos daño a muchas personas, pero sobre todo nos lo hicimos a nosotros mismos. Debido a nuestra incapacidad para aceptar las responsabilidades personales, nos creábamos nuestros propios problemas. Parecíamos incapaces de afrontar la vida tal como es.
La mayoría nos dimos cuenta de que con nuestra adicción nos estábamos suicidando lentamente; pero la adicción es un enemigo de la vida tan astuto, que habíamos perdido la fuerza para poder detenernos. Muchos terminamos en la cárcel o buscamos ayuda en la medicina, la religión o la psiquiatría. Ninguno de estos métodos nos bastó. Nuestra enfermedad siempre reaparecía o seguía avanzando hasta que, desesperados, buscamos ayudarnos los unos a los otros en Narcóticos Anónimos.
Después de llegar a NA nos dimos cuenta de que estábamos enfermos. Padecemos una enfermedad que no tiene cura conocida. Sin embargo, puede detenerse en un momento dado y la recuperación es entonces posible. Somos adictos en busca de recuperación. Consumíamos drogas para esconder nuestros sentimientos y hacíamos lo que fuera necesario para conseguirlas. Muchos nos despertábamos enfermos, éramos incapaces de ir a trabajar o íbamos completamente drogados. Muchos robábamos para poder mantener nuestro hábito y .…hacíamos daño a las personas queridas. A pesar de todo, seguíamos diciéndonos: «puedo controlarlo». Buscábamos una salida. No podíamos enfrentarnos a la vida tal cual es. Al principio, consumir era divertido. Luego se convirtió en un hábito y por último en algo indispensable para sobrevivir. No veíamos la progresión de la enfermedad. Seguimos el camino de la destrucción sin saber adónde nos estaba llevando. Éramos adictos y no lo reconocíamos. Con las drogas tratábamos de evitar la realidad, el dolor y el sufrimiento. Cuando desaparecía el efecto continuábamos con los mismos problemas; es más, incluso empeoraban. Buscábamos alivio consumiendo sin parar, cada vez más drogas y cada vez más a menudo.
Texto Básico pag 15