Aprendemos a tratar a los demás con bondad y respeto y hacemos todo lo posible para apoyamos mutuamente y apoyar al grupo.
*Funciona, Primera tradición.
Muy pocos llegamos a Narcóticos Anónimos con grandes habilidades sociales. A menudo las adquirimos por medio del sistema de prueba y error … mayormente por el de error. Cuando tratamos mal a los demás sin querer, nos sentimos fatal y nos volvemos educables. La buena noticia es que algunas de las mejores lecciones provienen de nuestros errores. Llamamos a nuestro padrino o madrina, lo admitimos, averiguamos nuestra parte de responsabilidad y determinamos mejores maneras de abordar situaciones similares en el futuro.
Si nuestras palabras y acciones están inspiradas en la amabilidad, podemos ofrecer la mejor versión de nosotros. Cuando la amabilidad es una prioridad, tenemos más probabilidades de ser solidarios, y eso nos ayuda como personas y como grupo de NA a la vez. Naturalmente que es más fácil ser amables con quienes queremos, Pero no es necesario que abramos las puertas de casa y compartamos las cenas navideñas para cumplir con nuestro compromiso mutuo en Narcóticos Anónimos.
Ser miembros de un grupo habitual nos plantea el reto de practicar la amabilidad con gente que no pertenece a nuestro círculo íntimo. Nuestra inversión en el bienestar de NA es más importante que nuestros sentimientos personales hacia un miembro en concreto. Anteponemos el bienestar del grupo y tratamos a todos los compañeros con respeto independientemente del pasado o la amargura que arrastren. La amistad no es una condición indispensable para la amabilidad. Más bien somos amables para fomentar la unidad dentro del grupo y apoyar la recuperación personal: la nuestra y la de los compañeros miembros.
El gesto de amabilidad más sencillo puede marcar una diferencia enorme cuando nos sentimos paralizados. «Estaba aislada pensando en consumir. Recibí un mensaje de texto de un compañero de mi grupo base en el que me preguntaba si iba a la reunión -compartió una compañera-. Era precisamente el empujón que necesitaba».
Nuestros actos no solo repercuten profundamente en los demás, sino que también influyen en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Si elegimos la amabilidad, mejoramos y contribuimos a la unidad de NA. Nuestros actos hacen que las reuniones de NA sean lugares seguros y respetuosos para el crecimiento personal. La manera en que nos tratamos mutuamente y tratamos a nuestros grupos es un reflejo de la forma en que anteponemos el «nosotros» al «yo»,
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_*Hoy trataré a los otros miembros con respeto y amabilidad. Me comportaré de un modo que favorezca la recuperación … la tuya, la mía y la nuestra.*_
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