«Este es un programa de aprendizaje.»
_Texto Básico, p. 19_
Aprender, en recuperación, es un trabajo duro. Las cosas que más necesitamos saber, muchas veces son las más difíciles de aprender. Estudiamos recuperación para prepararnos para las experiencias que nos traerá la vida. Cuando escuchamos compartir a otras personas en las reuniones, tomamos apuntes mentales a los que podemos recurrir más adelante. Para estar preparados, «entre clase y clase»estudiamos los apuntes y la literatura. Del mismo modo que los estudiantes tienen ocasión de aplicar sus conocimientos en los exámenes, también nosotros tenemos oportunidad de aplicar nuestra recuperación durante las épocas de crisis.
Como siempre, podemos escoger la manera de enfrentarnos a los desafíos de la vida. O bien les tenemos miedo y los evitamos como amenazas a nuestra serenidad, o los aceptamos agradecidos como oportunidades para crecer. Estos retos, al confirmar los principios que hemos aprendidos en recuperación, nos brindan una fortaleza mayor. Sin ellos, sin embargo, podríamos olvidarnos de lo aprendido y empezar a estancarnos. Son oportunidades que nos empujan hacia nuevos despertares espirituales.
Descubriremos que después de cada crisis, por lo general hay un período de calma que nos da tiempo para acostumbrarnos a nuestros nuevos conocimientos. Una vez que reflexionamos sobre nuestra experiencia, nos piden que compartamos lo que sabemos con alguien que está estudiando lo que acabamos de aprender. En la escuela de recuperación, todos somos maestros y alumnos a la vez.
*Sólo por hoy:*
Seré un estudiante de recuperación.
Recibiré con gusto los desafíos, seguro de lo que he aprendido e ilusionado por compartirlo con los demás.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Cuando nos damos cuenta de que no podemos arreglárnoslas sin drogas, muchos empezamos inmediatamente a deprimirnos o sentimos ansiedad, agresividad y resentimiento. Las frustraciones insignificantes, las contrariedades triviales y la soledad hacen que con frecuencia sintamos que no mejoramos. Descubrimos que padecemos una enfermedad, no un dilema moral. Estábamos gravemente enfermos, pero no éramos irremediablemente malos. Nuestra enfermedad sólo puede detenerse con la abstinencia.
Hoy en día experimentamos una gama completa de sentimientos. Antes de llegar a la confraternidad, nos sentíamos o bien eufóricos o bien deprimidos. Nuestra impresión negativa sobre nosotros mismos ha sido reemplazada por una preocupación positiva por los demás. Encontramos soluciones y se resuelven problemas. Volver a sentirnos humanos es un regalo enorme.
¡Qué cambio en comparación a cómo éramos! Sabemos que el programa de NA funciona; … nos convenció de que en lugar de intentar cambiar las situaciones y a la gente que nos rodea, debíamos cambiar nosotros. Descubrimos nuevas posibilidades. Empezamos a tomar conciencia de nuestro propio valor. Aprendimos a respetarnos. Este es un programa de aprendizaje. Al practicar los pasos, llegamos a aceptar la voluntad de un Poder Superior. La aceptación conduce a la recuperación. Perdemos nuestro miedo a lo desconocido. Quedamos en libertad.
Texto Básico pag 19