Una simple mirada o un abrazo a un recién llegado pueden marcar una enorme diferencia para este y… para nosotros.
Los principios que nos guían, Tercera Tradición, «Principios espirituales»
Para aquellos que estábamos acostumbrados a ser una molestia incómoda para la familia, los amigos y otras personas, la hospitalidad que encontramos en NA resulta tan inesperada como desconocida. «Hablando de lo que es sentirse un marginado —explicó un miembro—, la gente con la que consumía ya no quería mi compañía ni siquiera cuando estaba dispuesto a compartir mis drogas».
Para muchos, esa especial bienvenida que sentimos de recién llegados en NA es una fuente de inspiración para hacer lo posible por contribuir a que otros recién llegados se sientan bienvenidos. «Al principio de mi recuperación, le pregunté a mí madrina qué tenía que hacer para ser miembro de un grupo habitual —escribió una adicta—. Me dijo que empezara por asegurarme de que ninguna persona nueva se fuera nunca de la reunión sin sentirse bienvenida».
El acto de dar la bienvenida a los demás también tiene gran impacto en nosotros. Para las personas con tendencia al egocentrismo, es un gran alivio relegar a un segundo plano los deseos, necesidades y sentimientos propios el tiempo necesario para preocuparnos por cómo se sienten los demás. Nuestro grado de atención e interés aumenta y nos permite darnos cuenta de quiénes nos rodean y qué estarán sintiendo. Como ya habremos oído, la autoestima se construye haciendo cosas dignas de estima. No hace falta hacer gran cosa para contribuir a que unos adictos ansiosos, asustados o alienados empiecen a sentirse tranquilos, a salvo y bienvenidos en NA… y hacerlo nos recompensa inmensamente.
*Mi sentimiento de conexión y pertenencia a NA aumenta a pasos agigantados cuando doy la bienvenida a los demás. Hoy haré todo lo posible para que alguien se sienta bienvenido.*
(Copyright©2024, NA World Service, All Rights Reserved)