«Creemos que nuestro Poder Superior cuidará de nosotros.»

_Texto Básico, p. 66_

Todos tenemos épocas en las que aparentemente nuestra vida se desmorona. Hay días, semanas incluso, cuando parece que todo lo que puede salir mal, sale mal. Ya sea por la pérdida de un trabajo, la muerte de un ser querido o el fin de una relación, dudamos de que podamos sobrevivir a los cambios que tienen lugar en nuestra vida.

Encontramos nuestra mayor fe en un Poder Superior bondadoso, durante los períodos en los que el mundo se derrumba a nuestro alrededor. Cuando ningún ser humano puede aliviar nuestro sufrimiento, sabemos que sólo la protección de Dios puede brindarnos el consuelo que buscamos. Estamos destrozados pero seguimos adelante con la convicción de que nuestra vida será reparada.

A medida que progresamos en nuestra recuperación y crece nuestra fe en nuestro Poder Superior, estamos seguros de acoger los momentos difíciles con esperanza, a pesar del dolor que sintamos. No tenemos que desesperamos porque sabemos que nuestro Poder Superior nos llevará en brazos cuando no podamos caminar solos.

*Sólo por hoy:*

Contaré con la protección de Dios en los momentos difíciles, con la convicción de que mi Poder Superior siempre estará allí.

_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_

Complementación

Creemos que nuestro Poder Superior cuidará de nosotros. Si intentamos honestamente cumplir la voluntad de Dios lo mejor que podamos, podremos hacer frente a cualquier cosa que ocurra. La búsqueda de la voluntad de Dios es un principio espiritual presente en los pasos. Trabajar los pasos y practicar los principios simplifica nuestra vida y cambia nuestras viejas actitudes. Cuando admitimos que nuestra vida se ha vuelto ingobernable, ya no tenemos que defender nuestro punto de vista. Debemos aceptarnos tal como somos.Ya no tenemos que tener razón a toda costa. Si nos concedemos la libertad de equivocarnos, también podemos permitírsela a los demás.La libertad para cambiar parece provenir de la autoaceptación.

Compartir con otros adictos de la confraternidad es una herramienta básica de nuestro programa. Esta ayuda sólo puede proceder de otro adicto. Nos ayudamos cuando decimos: . “A mí me pasó lo mismo e hice lo siguiente.….” No damos sermones ni juzgamos, sino que compartimos nuestra experiencia, fortaleza y esperanza con todos los que deseen nuestra forma de vida. Si compartiendo la experiencia de nuestro sufrimiento conseguimos ayudar a una sola persona, nuestro dolor habrá valido la pena. Fortalecemos nuestra propia recuperación cuando la compartimos con quienes piden ayuda. Si nos guardamos lo que tenemos para compartir, lo perderemos. Las palabras no significan nada a menos que las pongamos en práctica.

Reconocemos nuestro crecimiento espiritual cuando somos capaces de tender la mano y ayudar a otros. Ayudamos a los demás cuando participamos en los trabajos de servicio y tratamos de llevar el mensaje de recuperación al adicto que todavía sufre. Aprendemos que sólo podemos conservar lo que tenemos compartiéndolo. Además, nuestra experiencia nos demuestra que muchos problemas personales se resuelven cuando salimos de nosotros mismos y ofrecemos ayuda a aquellos que la necesitan. Reconocemos que un adicto es la persona que mejor puede comprender y ayudar a otro adicto. Por mucho que demos, siempre habrá otro adicto buscando ayuda.

Texto Básico pag 66

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?