«Aquietar la mente mediante la meditación nos ayuda a lograr una paz interior que nos pone en contacto con el Dios que llevamos dentro.»
Texto Básico, p. 54

Mientras avanza nuestra recuperación, muchas veces pensamos en lo que nos llevó a Narcóticos Anónimos en un principio y logramos apreciar cuánto ha mejorado la calidad de nuestra vida. Ya no hay razón de que tengamos miedo de nuestros pensamientos. Y cuanto más rezamos y meditamos, mayor sensación de tranquilidad y bienestar tenemos. La paz y la calma que sentimos durante los momentos de quietud, confirman que nuestras necesidades más importantes -las necesidades espirituales- están satisfechas.

Podemos identificarnos con otros adictos y reforzar nuestra conciencia en el proceso. Aprendemos a no juzgar a los demás y sentimos la libertad de ser nosotros mismos. Durante nuestra reflexión espiritual, encontramos intuitivamente «el Dios que llevamos dentro» y vemos que estamos en armonía con un Poder más grande que nosotros.

Sólo por Hoy: Reflexionaré sobre el don de la recuperación y escucharé en silencio la orientación de mi Poder Superior.

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