«El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.»
_Duodécima Tradición_
La Duodécima Tradición nos recuerda la importancia de «anteponer los principios a las personalidades». En las reuniones de recuperación podríamos parafrasearlo con «no disparéis al mensajero». A menudo confundimos el mensaje con el mensajero, y rechazamos lo que alguien comparte en una reunión porque tenemos conflictos de personalidades con la persona que habla.
Si tenemos problemas con lo que cierta gente comparte en las reuniones, quizás podríamos pedir a nuestro padrino que nos guíe. Nuestro padrino o madrina puede ayudarnos a concentrarnos en lo que se dice más que en quien lo dice. También puede ayudarnos a tratar los resentimientos que podrían estar impidiéndonos reconocer el valor de la experiencia de recuperación de determinada persona. Es asombroso cuánto más podemos sacar de las reuniones cuando nos permitimos poner en práctica lo que sugiere la Duodécima Tradición: centrarnos en los principios de recuperación antes que en las personalidades.
*Sólo por hoy:*
Practicaré el principio del anonimato en la reunión de NA de hoy.
Me centraré en el mensaje de recuperación, no en la personalidad del mensajero.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright ©️ 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
*Duodécima Tradición*
*«El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.»*
El diccionario definiría anonimato como «situación en la que no hay nombre». De acuerdo con esta tradición, en Narcóticos Anónimos el «yo» se convierte en «nosotros».La base espiritual se convierte en algo más importante que cualquier grupo o individuo.
A medida que estrechamos los lazos que nos unen, se despierta la humildad.La humildad es un subproducto que nos permite crecer y desarrollarnos en un ambiente de libertad; elimina el miedo a que nuestros patrones, familiares y amigos nos reconozcan como adictos.Por consiguiente, procuramos seguir rigurosamente el principio de «lo que se dice en las reuniones, se queda en las reuniones».
A lo largo de nuestras tradiciones hablamos en términos de «nosotros» y «nuestro» en lugar de «yo» y «mío».Trabajando juntos por nuestro bienestar común, alcanzamos el verdadero espíritu del anonimato.
Hemos oído tantas veces la frase «los principios antes que las personalidades» que parece un cliché.Aunque como individuos podamos disentir entre nosotros, el principio espiritual del anonimato nos hace a todos iguales como miembros del grupo.Ningún miembro es más ni menos importante que otro.Lo que nos empujaba a obtener beneficio personal en el terreno del sexo, propiedad y posición social.—y que tanto dolor nos causó en el pasado.—queda de lado cuando nos adherimos al principio del anonimato.El anonimato es uno de los elementos básicos de nuestra recuperación y está presente en nuestras tradiciones y en nuestra confraternidad.Nos protege de nuestros propios defectos de carácter y quita poder a las personalidades y sus diferencias. El anonimato en acción imposibilita que se antepongan las personalidades a los principios.
_Texto Básico_