Todos pasamos por momentos en que necesitamos ayuda de algún tipo u otro. Pedir ayuda puede ser tan digno y difícil como hacer cualquier otra cosa.

_-Los principios que nos guían, Séptima Tradición, «Para los miembros»_

Mudarnos a nuestra primera casa limpios, aprender a pagar las facturas a tiempo, ir a un funeral o a una boda por primera vez en recuperación, pedir a alguien que se siente con nosotros hasta que se nos pasen las ganas de consumir … La vida tal cual es nos da oportunidades para buscar ayuda diariamente. Nuestra vieja forma de pensar, determinada por el egocentrismo y la negación, conserva el mito de que pedir ayuda equivale a debilidad.

Hace falta mucho valor para superar el impulso de sobrellevar todo esto solos. Cultivamos la humildad cuando nos rendimos para renunciar a nuestro excesivo orgullo. Pedimos y recibimos ayuda de otros miembros y nos armamos de valor para enfrentarnos a emociones y experiencias nuevas. «Hoy considero que pedir ayuda es nuestra fuente de fortaleza mayor», compartió un miembro.

A veces la vida hace acto de presencia y nos da un puñetazo en la cara. Por muy bien que trabajemos el programa, la vida sigue teniendo sus altibajos. Todos sufrimos pérdidas. El éxito, tan desconocido al principio, también puede suponer un reto. Y solemos sentirnos muy mal equipados para afrontar la realidad de la vida solos. La buena noticia es que no tenemos por qué hacerlo.

Es posible que la parte más difícil de conseguir ayuda sea pedirla. No nos sentimos merecedores de recibirla y puede que nos consideremos una carga, pero nos tragamos el orgullo y buscamos ayuda en miembros de NA con más experiencia. Por muy incómodo que, nos resulte, nuestros compañeros suelen responder con amabilidad a nuestro pedido. Han superado limpios muchos obstáculos de la vida, así que por lo general están encantados de compartir su sabiduría y ofrecernos apoyo. El placer de ayudar a otro adicto no se acaba cuando alcanzamos determinado número de años limpios.

Aprender a mantenernos con los recursos propios no significa que las dificultades de la vida se conviertan en una tarea que asumimos solos. Cuando practicamos la humildad, vemos cuáles son nuestras limitaciones, establecemos límites sanos y adoptamos nuevos rumbos para desarrollar nuestros puntos fuertes.

_*Hoy, al preguntarle a alguien sobre su experiencia y dejar que me apoye, me replantearé mi vieja forma de pensar*_

_(Copyright©2024, NA World Service, All Rights Reserved)_

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?