«En el pasado convertimos situaciones sencillas en problemas, hacíamos montañas de simples granos de arena.»
_Texto Básico, p. 105_
Hacer montañas de granos de arena parece ser nuestra especialidad. ¿Haz oído decir que para un adicto una rueda pinchada es un suceso traumático? ¿Y los que olvidamos toda pretensión de principios cuando nos cruzamos con un conductor malo? ¿Y cuándo el abrelatas no funciona, ya sabes, ese que acabas de tirar por el segundo piso? Cuando oímos compartir a los demás: «Dios, concédeme paciencia, ¡ahora mismo!», seguro que nos identificamos.
No, no son los grandes problemas los que nos vuelven locos. Las grandes cosas -divorcio, muerte, enfermedad grave, pérdida de un trabajo- nos perturban, pero sobrevivimos a ellas. Hemos aprendido por experiencia que debemos acudir a nuestro Poder Superior y a otras personas para superar las crisis importantes de la vida. Son las pequeñas cosas, los desafíos constantes de vivir la vida día a día sin consumir drogas, lo que aparentemente afecta con más fuerza a la mayoría de los adictos en recuperación.
Cuando nos afecten pequeñas cosas, la Oración de la Serenidad puede ayudarnos a verlas en su justa medida. Todos podemos recordar que «poner» estas pequeñas cuestiones al cuidado de nuestro Poder Superior, tiene por resultado tranquilidad de ánimo y una forma nueva de ver la vida.
*Sólo por hoy:*
Trabajré la paciencia.
Trataré de no exagerar las cosas y recorrer este día con mi Poder Superior.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
En nuestra recuperación descubrimos que es esencial aceptar la realidad. Una vez que podemos hacerlo, nos damos cuenta de que no es necesario consumir drogas para intentar cambiar nuestra percepción. Sin drogas, y si nos aceptamos a nosotros mismos y al mundo tal como es, tenemos la oportunidad de empezar a funcionar como seres humanos útiles. Aprendemos que los conflictos forman parte de la realidad y, en lugar de huir de ellos, aprendemos nuevas maneras de resolverlos. Son parte del mundo real. Frente a los problemas, aprendemos a no dejarnos llevar por las emociones. Nos ocupamos de los problemas que se presentan e intentamos no forzar soluciones. Hemos aprendido que si una solución no es práctica, no es espiritual. En el pasado convertíamos situaciones sencillas en problemas, hacíamos montañas de simples granos de arena. Nuestras mejores ideas nos trajeron hasta aquí. En recuperación, aprendemos a depender de un Poder más grande que nosotros. No tenemos todas las respuestas ni las soluciones, pero podemos aprender a vivir sin drogas. Si nos acordamos de vivir «sólo por hoy», podemos mantenernos limpios y disfrutar de la vida.
No somos responsables de nuestra enfermedad, sino únicamente de nuestra recuperación. A medida que empezamos a aplicar lo que aprendemos, nuestra vida comienza a cambiar y mejorar. Pedimos ayuda a los adictos que están disfrutando de la vida libres de la obsesión de consumir drogas. No hace falta que entendamos este programa para que funcione; .…lo único que debemos hacer es seguir las sugerencias.
Los Doce Pasos son esenciales en el proceso de recuperación, nos proporcionan alivio porque son una nueva forma de vida espiritual que nos permite participar de nuestra propia recuperación.
Texto Básico pag 105