«Creía sinceramente que un Poder Superior podía devolverme el sano juicio y dejaría de tratar de imaginarme cuál era la voluntad de Dios, aceptaría las cosas tal como eran y estaría agradecida.»
Texto Básico, p. 198
Cuanto más tiempo llevamos limpios, menos seguros estamos de «saber» cuál es la voluntad de Dios para con nosotros, y menos nos importa. Conocer la voluntad de nuestro Poder Superior tiene menos que ver con el «saber» y más que ver con el «sentir». Seguimos practicando el Undécimo Paso, pero en lugar de buscar «señales» de nuestro Poder Superior, empezamos a confiar más en nuestra intuición y a fiarnos de nuestros sentimientos respecto a lo que nos hará sentir bien.
Tras unos años limpios, lo que sí parece que supiéramos reconocer es cuándo actuamos contra la voluntad de Dios para con nosotros. Cuando vamos en contra de su voluntad, tenemos esa vieja sensación de incomodidad en el estómago. Esa náusea es la advertencia de que si continuamos en esta dirección nos aguardan muchas noches sin dormir. Es preciso que prestemos atención a esos sentimientos, porque a menudo son señales de que actuamos contra la voluntad del Poder Superior para con nosotros.
Nuestro Undécimo Paso manifiesta claramente el auténtico objetivo de la oración y la meditación: mejorar nuestro contacto consciente con el Dios que concebimos y que nos brinda un conocimiento más claro de la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros y la fortaleza para cumplirla. Conocemos la voluntad de Dios más claramente por la sensación que produce, no por «señales» o palabras, y produce una buena sensación.
*Sólo Por Hoy:*
Rezaré para conocer la voluntad de mi Poder Superior para conmigo y pediré la fortaleza para cumplirla.
Prestaré atención a mis sentimientos, y actuaré cuando me hagan sentir bien.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_En la condición en la que estaba, no me fue difícil rendirme. Me quedó claro que las personas que veía en las reuniones no estaban sufriendo tanto como yo. Este fue mi primer incentivo para mantenerme limpio. Supongo que esto fue todo por lo que me quedé durante mi primer año.
Durante el primer año en el programa, también estuve en terapia. Esta fue una gran excusa para no trabajar los pasos. ¿Quién necesita un patrocinador? Tuve un terapeuta ¿Quién necesita hacer un Cuarto Paso? Voy a un grupo para deshacerme de todos mis sentimientos. Como resultado de esas racionalizaciones, me quedé deprimido e infeliz, pero una persona limpia. Todavía tenía que encontrar la recuperación.
Entonces algo sucedió. Comencé a involucrarme en el trabajo de servicio. Esto me puso en contacto con un adicto que había experimentado una recuperación. Estas fueron las personas que hablaron sobre un Poder Superior y entregaron la voluntad. También me dijeron que consiguiera un patrocinador y que hiciera un Cuarto Paso. Una vez más, pude ver que estas personas no estaban sufriendo como yo. Así que seguí sus sugerencias.
Lo primero que hice fue mirarme a mí mismo y rendirme incondicionalmente. Sinceramente creí que un Poder Superior podría restablecer mi cordura y que dejaría de intentar averiguar cuál era la voluntad de Dios, solo aceptar las cosas por lo que eran y estar agradecido.
… Yo llamo a esta paz interior serenidad. Con tan buen contenido, fue fácil continuar a través de los pasos. Ya no me odiaba a mí mismo por mis defectos, porque tenía fe en que serían eliminados por mi Poder Superior, en Su propio tiempo. Ya no tengo miedo de mi pasado. Sé a quién he hecho mal. Me he reunido con estas personas y estoy dispuesto a cuadrar con las que no puedo encontrar.
Basic Text, p. 198