Nos damos cuenta de lo que somos precisamente cuando nos olvidamos de nosotros a través del servicio a los demás.
_-Vivir limpios, Capítulo dos, «El contacto con un Poder Superior»
Antes de llegar a NA, todo consistía en «cómo obtenerlas, cómo consumirlas y el modo de conseguir más». En las raras ocasiones en que afloraba un sentimiento, lo reprimíamos con más drogas. Ese hábito de buscar fuera para arreglar lo de dentro nos persigue en la recuperación. El inventario revela cómo los defectos basados en el miedo entran en acción cuando intentamos protegernos o evitar la incomodidad. En lugar de tratar de arrancarle la felicidad a la vida, aprendemos a ser pacientes y fuertes, a dar tiempo al tiempo e incluso a vivir con incertidumbre. Aunque a veces tengamos la tentación de controlar y manipular o de evadirnos con un montón de distracciones, el servicio nos ofrece una alternativa más sana.
El servicio nos permite salir de nuestra mente y pasar a la acción. Ser útiles a través del servicio, ya sea acomodando sillas o hablando con un recién llegado, nos pone en el momento presente. «Es un gran alivio estar en el aquí y el ahora», como lo expresó una compañera. Servir a los demás, incluso en medio de nuestras tormentas personales, nos mantiene en el hoy.
El servicio puede sacar lo mejor de nosotros. Nos ayuda a averiguar quiénes somos y quiénes queremos ser. Estamos presentes para ayudarnos unos a otros y a nuestra comunidad, al margen de lo que esté pasando en nuestra vida. Notamos que nos hemos vuelto personas dignas de confianza. Practicamos la compasión y nos volvemos más compasivos. Escuchamos sin juzgar y no volvemos menos críticos. «Acogí a una recién llegada bajo mi ala, empeñada en salvarle la vida -recordó una compañera-. Mi propia vida se enriqueció porque salió a la luz la mejor versión de mí misma mientras estaba allípara ayudarla».
Este tipo de cosas suceden todo el tiempo en nuestra Confraternidad. Dejamos de lado nuestras preocupaciones para ser útiles a los demás y recordamos nuestra fortaleza. Preguntarnos «¿cómo puedo ayudar?» es el caldo de cultivo ideal para ser cada vez mejores personas. Al servir, descubrimos una sensación de confianza, plenitud y los mejores aspectos de nuestra identidad.
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_*Permitiré que los actos de servicio me alejen de mi forma de pensar egocéntrica y pongan de manifiesto mis mejores cualidades. Dejaré de lado mis propios intereses egoístas y practicaré los principios espirituales para desarrollarlos como se ejercitan los músculos.*_
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