“A medida que practicamos la honestidad, la integridad y la fidelidad, ya no tenemos que llevar un registro de nuestras historias ni ocultar nuestras huellas”.
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“A medida que practicamos la honestidad, la integridad y la fidelidad, ya no tenemos que llevar un registro de nuestras historias ni cubrir nuestras huellas”.
Vivir limpios, Capítulo 3, “Un viaje espiritual”
Si bien la adicción pone a prueba seriamente nuestra capacidad de mantener la fidelidad a las personas que nos importan, la recuperación nos permite estar presentes para nuestros seres queridos de maneras que tal vez nunca hubiéramos creído posibles. La liberación de la adicción activa elimina una barrera increíblemente grande para nuestra fidelidad: el uso de drogas. Una vez que las drogas se eliminan del camino, es común en la recuperación temprana preguntarse por qué nuestra familia y amigos pueden dudar en confiar completamente en nosotros. A medida que nos mantenemos limpios por más tiempo y obtenemos un mayor alivio del egocentrismo, comenzamos a ver que las drogas no eran la única barrera para nuestra fidelidad, y necesitamos más que la simple abstinencia para poder estar realmente presentes para las personas en nuestras vidas.
Si nos centramos más en lo que no estamos haciendo (consumir drogas, engañar, robar, decir mentiras descaradas), puede resultar fácil pensar que somos más fieles y leales en nuestras relaciones de lo que somos en realidad. Nuestros defectos de carácter, incluso cuando no son evidentes, pueden interferir en nuestra capacidad de conectar verdaderamente con las personas de nuestra vida.
“El Sexto Paso me abrió los ojos”, escribió un miembro. “Tenía un historial pésimo en mis relaciones y pensaba que estaba conociendo a la gente equivocada. Mi padrino me ayudó a identificar algunos defectos de carácter y me di cuenta de que no eran ellos, ¡era yo! Gracias a Dios por el trabajo de los pasos”.
Poner nuestra conducta bajo el microscopio del Sexto Paso puede resultar un poco nauseabundo a veces. Especialmente cuando no hemos sido conscientes de un defecto en particular, es perturbador verlo como un patrón y notarlo en acción una y otra vez, como suele ocurrir cuando se trabaja el Sexto Paso. El camino hacia la fidelidad (ser quienes queremos y necesitamos ser en nuestras relaciones) está en estar completamente listo para dejar ir los patrones que se interponen en el camino y pedir humildemente ayuda para hacerlo.
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Practicar la fidelidad me permite ser la versión más verdadera de mí mismo para aquellos que amo. Con la ayuda de mi padrino, trabajaré para traer lo mejor de mí a mis relaciones hoy.