«Habrán momentos, sin embargo, en los que tendremos realmente ganas de consumir. Queremos escapar, nos sentimos terriblemente mal. Hace falta que nos recuerden de dónde venimos y que esta vez será peor. En este momento cuando más necesitamos el programa.»
_Texto Básico, p. 94_
Si estamos contemplando la posibilidad de una recaída, deberíamos imaginar nuestro consumo hasta el amargo final. Para muchos, este final consiste en problemas médicos graves, cárcel o incluso la muerte. ¿Cuántos conocemos a personas que recayeron después de muchos años limpias y que murieron a causa de la enfermedad?
Pero hay una muerte que acompaña el regreso a la adicción activa quizás peor que la muerte física. Se trata de la muerte espiritual que experimentamos cuando nos apartamos de nuestro Poder Superior. Si consumimos, la relación espiritual que hemos forjado a lo largo de los años, se debilita y puede que hasta desaparezca. Nos sentiremos realmente solos.
Sin duda pasamos por períodos oscuros en nuestra recuperación. Sólo hay una manera de superar esos momentos difíciles: con fe. Si creemos que nuestro Poder Superior nos acompaña, entonces sabemos que todo saldrá bien.
Por muy mal que nos sintamos, una recaída nunca es la solución. Juntos descubrimos la recuperación. Si nos mantenemos limpios, se disipa la oscuridad y llegamos a un contacto más profundo con nuestro Poder Superior.
*Sólo por hoy:*
Agradezco a mi Poder Superior el regalo de NA. Sé que una recaída no es la salida.
Cualquiera sea el desafío que se me presente, lo afrontaré junto con el Dios que yo concibo.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Hacemos el Primer Paso. Admitimos que somos impotentes ante nuestra adicción, que nuestra vida se ha vuelto ingobernable. Poco a poco, mejoran las cosas y empezamos a recobrar la confianza. Nuestro ego nos dice que lo podemos hacer solos. Las cosas nos están saliendo bien y pensamos que en realidad no necesitamos este programa. La soberbia es una señal de luz roja. Volverán la soledad y la paranoia. Nos damos cuenta de que no lo podemos hacer por nuestra cuenta y las cosas empeoran. Esta vez hacemos de verdad el Primer Paso internamente. Habrá momentos, sin embargo, en los que tendremos realmente ganas de consumir. Queremos escapar, nos sentimos terriblemente mal. Hace falta que nos recuerden de dónde venimos y que esta vez será peor. Es en este momento cuando más necesitamos el programa. Nos damos cuenta de que debemos hacer algo.
Cuando olvidamos el esfuerzo y el trabajo que nos costó conseguir un período de libertad en nuestra vida, se instala la falta de gratitud y la autodestrucción empieza otra vez. Como no tomemos medidas inmediatamente, corremos el riesgo de que una recaída amenace nuestra existencia. Mantener la ilusión de la realidad en lugar de usar las herramientas del programa, nos llevará al aislamiento. La soledad nos destruirá internamente y las drogas, que casi siempre vienen a continuación, completarán el trabajo. Los síntomas y los sentimientos que tuvimos al final de nuestra adicción activa volverán y esta vez más fuertes que antes. Si no nos rendimos al Programa de NA, con toda seguridad este golpe nos destruirá.
La recaída puede ser la fuerza destructiva que nos mate o nos haga tomar conciencia de quiénes y qué somos en realidad. La evasión momentánea que puede proporcionarnos el consumir, no compensa el sufrimiento que produce a la larga. Consumir para nosotros es morir, y a veces de más de una manera.
Las expectativas irreales que ponemos sobre nosotros o los demás parecen ser uno de los mayores obstáculos de la recuperación. Las relaciones afectivas pueden ser un terreno terriblemente doloroso. Tenemos tendencia a fantasear y proyectar lo que va a pasar. Nos enojamos y llenamos de resentimientos si nuestras fantasías no se cumplen. Olvidamos que somos impotentes ante otras personas. Las viejas ideas y sentimientos de soledad, desesperación, desamparo, y autocompasión reaparecen furtivamente. Dejamos de pensar en los padrinos o madrinas, en las reuniones, en la literatura y en cualquier otra cosa positiva. Debemos mantener nuestra recuperación en primer lugar y poner nuestras prioridades en orden.
Texto Básico pag 94