«Lo último que esperábamos era un despertar espiritual.»
_Texto Básico, p. 57_
Pocos llegamos a nuestra primera reunión de Narcóticos Anónimos ansiosos por hacer un inventario personal y creyendo que teníamos un vacío espiritual en el alma. No teníamos ni idea de que estábamos a punto de embarcarnos en un viaje que despertaría nuestro espíritu dormido.
El Primer Paso, como un despertador ruidoso, nos pone en un estado de semiconciencia, aunque es posible que en aquel momento no estemos muy seguros de si queremos levantarnos o seguir durmiendo cinco minutos más. La mano que nos sacude suavemente los hombros al trabajar el Segundo y el Tercer Paso, hace que nos levantemos, nos desperecemos y bostecemos.
Tenemos que quitarnos las lagañas de los ojos para escribir el Cuarto Paso y compartir el Quinto. Pero a medida que trabajamos el Sexto, Séptimo, Octavo y Noveno, empezamos a notar soltura en el andar y el comienzo de una sonrisa en los labios. Nuestro espíritu canta en la ducha al hacer los pasos Décimo y Undécimo. Y entonces, cuando salimos de casa y vamos en busca de otros a quien despertar, practicamos el Duodécimo.
No hace falta que pasemos el resto de la vida en coma espiritual. Quizás no nos guste levantarnos por la mañana, pero cuando lo hacemos, casi siempre estamos contentos de haberlo hecho.
*Sólo Por Hoy:*
Utilizaré los Doce Pasos para despertar mi espíritu dormido.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)._
Complementación
Duodécimo Paso
«Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a adictos y de practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida.»
Llegamos a Narcóticos Anónimos como resultado del naufragio de nuestro pasado. Lo último que esperábamos era un despertar espiritual. Solamente queríamos dejar de sufrir.
Los pasos nos llevan a un despertar de naturaleza espiritual que se manifiesta en los cambios de nuestra vida. Estos cambios mejoran nuestra capacidad para vivir de acuerdo con los principios espirituales y para llevar el mensaje de recuperación y esperanza al adicto que todavía sufre. El mensaje, sin embargo, no tiene sentido a menos que lo vivamos, y a medida que lo hacemos, nuestra vida y nuestra acciones le dan más sentido que nuestras palabras y literatura.
La idea de un despertar espiritual tiene distintas formas según las diferentes personalidades que encontramos en la confraternidad. Sin embargo, todas los despertares espirituales tienen algo en común: el fin de la soledad y un sentido en nuestra vida.
Muchos creemos que un despertar espiritual carece de significado si no va acompañado de una mayor paz mental y una preocupación por los demás. Para mantener dicha paz, nos esforzamos por vivir aquí y ahora.
Aquellos que hemos trabajado estos pasos lo mejor que pudimos, hemos recibido grandes beneficios. Creemos que son el resultado directo de vivir este programa.
Al principio, cuando empezamos a disfrutar del alivio de nuestra adicción, corremos el riesgo de querer retomar el control de nuestra vida. Olvidamos la agonía y el dolor pasados. Cuando consumíamos, nuestra enfermedad controlaba nuestra vida. Está preparada y a la espera de tomar otra vez el mando. Nos olvidamos rápido de que en el pasado todos los esfuerzos para controlar nuestra vida fallaron.
Texto Basico pag 57