«Lo que de verdad necesitábamos era un cambio completo de personalidad, modificar las pautas de conducta autodestructivas.»
_Texto Básico, p. 17_
De pequeños, la mayoría éramos capaces de alegrarnos y maravillarnos, de dar y recibir amor incondicional. Cuando empezamos a consumir, introdujimos una influencia en nuestra vida que lentamente nos fue alejando de aquello. Cuanto más descendíamos en el camino de la adicción, más nos apartábamos de la alegría, la sorpresa y el amor.
El viaje no transcurrió de la noche a la mañana, pero independientemente de lo que hayamos tardado, llegamos a las puertas de NA con algo más que sólo un problema de drogas. La influencia de la adicción había deformado todos nuestros esquemas de vida hasta un extremo irreconocible.
Los Doce Pasos hacen milagros, es verdad, pero no se trabajan de la noche a la mañana. Nuestra enfermedad influyó lenta y negativamente sobre nuestro desarrollo espiritual. La recuperación introduce una nueva influencia en nuestra vida, una fuente de compañerismo y fortaleza espiritual que lentamente nos empuja a esquemas de vida nuevos y saludables.
Este cambio, naturalmente, no «aparece de la noche a la mañana». Pero si cooperamos con la nueva influencia que NA ejerce en nuestra vida, con el tiempo experimentaremos el cambio de personalidad que llamamos recuperación. Los Doce Pasos nos proporcionan un programa con el tipo de cooperación que necesitamos para restablecer en nuestra vida la alegría, la sorpresa y el amor.
*Sólo por hoy:*
Cooperaré con la nueva influencia de compañerismo y fortaleza espiritual que NA ha introducido en mi vida.
Trabajaré el próximo paso de mi programa.
_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_
Complementación
Llegamos a un punto en nuestra vida en el que nos sentimos como un caso perdido. Valíamos poco y nada para la familia, los amigos y el trabajo. Muchos no teníamos trabajo ni posibilidades de conseguirlo. Cualquier tipo de éxito nos asustaba y resultaba extraño. No sabíamos qué hacer. A medida que el odio hacia nosotros mismos aumentaba, teníamos que consumir cada vez más para disfrazar nuestros sentimientos. Estábamos hartos del dolor y los problemas. Estábamos asustados y huíamos del miedo, .…pero fuéramos donde fuésemos lo llevábamos siempre con nosotros. Estábamos desesperados y nos sentíamos inútiles y perdidos. El fracaso se había convertido en nuestra forma de vida y la autoestima era algo inexistente. Quizás la desesperación era el sentimiento más doloroso de todos. El aislamiento y la negación de nuestra adicción nos hacían seguir cuesta abajo. Desapareció toda esperanza de mejorar. El desamparo, el vacío y el miedo se convirtieron en nuestra forma de vida. Éramos un fracaso completo. Lo que de verdad necesitábamos era un cambio completo de personalidad, .…modificar las pautas de conducta autodestructivas. Cuando mentíamos, engañábamos o robábamos, nos degradábamos ante nosotros mismos.Ya habíamos llenado el cupo de la autodestrucción. Comprobamos nuestra impotencia. Cuando ya nada aliviaba nuestro miedo y paranoia, tocamos fondo y estuvimos dispuestos a pedir ayuda.
Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera cosa que hubiéramos pensado o hecho en el pasado, otros también las habían creído y hecho. Rodeados de otros adictos nos dimos cuenta de que ya no estábamos solos. La recuperación se hace realidad en las reuniones. Está en juego nuestra vida. Vimos que si anteponemos la recuperación a todo lo demás, el programa funciona. Tuvimos que enfrentarnos con estos tres puntos conflictivos:
-1. Somos impotentes ante la adicción y nuestra vida es ingobernable.
-2. Aunque no somos responsables de nuestra enfermedad, somos responsables de nuestra recuperación.
-3. Ya no podemos seguir echando la culpa de nuestra adicción a los demás, a los lugares ni a las cosas.
Tenemos que afrontar nuestros propios problemas y nuestros sentimientos. La herramienta fundamental para la recuperación es el adicto en recuperación. Nos centramos en la recuperación y en los sentimientos, no en lo que hicimos en el pasado. Los amigos, los lugares y las ideas de antes, a menudo son una amenaza para nuestra recuperación. Tenemos que cambiar de compañeros y lugares de diversión, y hasta la manera de divertirnos.
Texto Básico pag 17