«¿Queremos de verdad deshacernos de nuestros resentimientos, de la ira y el miedo?»

_Texto Básico, p. 39_

¿Por qué los llamamos «defectos»? Teniendo en cuenta el tiempo que suelen tardar en desaparecer quizás deberíamos llamarlos «excesos». Algunos creemos que nuestros defectos son precisamente los rasgos específicos que nos salvaron la vida cuando consumíamos. Si es verdad, entonces no es de extrañar que a veces nos aferremos a ellos como a viejos y queridos amigos.

Si tenemos problemas con el resentimiento, la ira y el miedo, quizás nos interese imaginar cómo sería nuestra vida sin estos defectos problemáticos. Si nos preguntamos por qué reaccionamos de determinada manera, a veces podemos desenterrar el miedo que origina nuestra conducta. «¿Por qué tengo miedo de ir más allá de estos aspectos de mi personalidad?», nos preguntamos. ¿Tengo miedo de lo que seré sin estas características?»

Una vez que nuestro miedo queda al descubierto, podemos dejarlos atrás. Tratemos de imaginar cómo viviríamos sin algunos de nuestros defectos más evidentes. Percibiremos lo que hay al otro lado del miedo y nos brindará la motivación que necesitamos para superarlo. Nuestro Poder Superior nos proporciona una visión nueva de nuestra vida sin estos defectos. Esta visión es la esencia de nuestros mejores y más brillantes sueños respecto a nosotros mismos. No tenemos por qué tenerlo miedo.

*Sólo por hoy:*

Me imaginaré cómo sería mi vida sin mis defectos de carácter.

Pediré buena voluntad para dejar que Dios me los quite.

_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_

Complementación

Sexto Paso

«Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.»

¿Para qué pedir algo sin estar preparados. Sería buscarnos complicaciones. Los adictos aspiramos muchas veces a la recompensa de un trabajo duro sin haberlo hecho. En el Sexto Paso procuramos buena voluntad. La sinceridad que aportemos al trabajar este paso será proporcional a nuestro deseo de cambiar.

¿Queremos de verdad deshacernos de nuestros resentimientos, de la ira y el miedo? Muchos nos aferramos a nuestros temores, dudas, aversión u odio hacia nosotros mismos porque hay cierta seguridad deformada en el dolor conocido. Parece más seguro apegarnos a lo conocido que soltarlo e ir en busca de lo desconocido.

Debemos abandonar nuestros defectos de carácter de forma decidida. Sufrimos porque sus exigencias nos debilitan. Allí donde éramos orgullosos, ahora vemos que no podemos seguir siendo arrogantes. Si no somos humildes, nos humillan. Si somos codiciosos, nos damos cuenta de que nunca estamos satisfechos. Antes de hacer el Cuarto y el Quinto Paso puede que nos abandonáramos al miedo, la ira, la deshonestidad y autocompasión. Ahora, en cambio, la condescendencia con estos defectos de carácter nubla nuestra capacidad para pensar de manera lógica. El egoísmo se convierte en una traba insoportable y destructiva que nos encadena a nuestros malos hábitos. Nuestros defectos consumen todo nuestro tiempo y energía.

Examinamos el inventario del Cuarto Paso y vemos claramente lo que estos defectos le están haciendo a nuestra vida. Comenzamos a desear vernos libres de ellos. Rezamos o estamos dispuestos y preparados de otra manera para dejar que Dios elimine estas características destructivas. Necesitamos un cambio de personalidad para seguir limpios. Queremos cambiar.

Texto Básico pag 39

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?