En ocasiones, debemos tener valor para ser esa voz única con respecto a determinado asunto o para defender un principio en contra de una clara mayoría.
_-Los principios que nos guían, Segunda Tradición, texto inicial_
La Segunda Tradición nos tranquiliza asegurándonos que, como miembros a nivel individual, no tenemos que tener todas las respuestas. Pero a veces tenemos una respuesta sobre un asunto que ha surgido en nuestro grupo y estamos seguros de que es la correcta. Está bien pensada. Es coherente con las Tradiciones. Cumple sin fisuras con nuestro propósito primordial de llevar el mensaje. Sin duda es la respuesta correcta… salvo que nadie se inclina a ver la cuestión como nosotros. La conciencia de grupo parece desviarse de la lógica, de los principios y el espíritu de NA. Entonces, ¿nos dejamos llevar por la corriente o hacemos olas?
Cuando consumíamos, muchos vivíamos de acuerdo con el viejo recurso de seguir la corriente para llevarse bien con los demás. Aunque no estuviéramos de acuerdo con lo que decía o hacía la gente que nos rodeaba, nos faltaba valor para defender nuestra postura, lo que creíamos o a otras personas. Trabajar el programa nos ayuda a poner de manifiesto nuestras convicciones y expresar hasta qué punto están en consonancia con NA. En una situación de grupo, en la cual seguir la corriente podría ser la opción más fácil, en primer lugar examinamos con sinceridad nuestras motivaciones para asegurarnos de que nos mueve el bienestar común y no nuestro ego. Pedimos a nuestro Poder Superior que nos ayude a encontrar nuestra voz, por mucho que nos tiemble ante una mayoría sólida. Valor es la fuerza de defender aquello en lo que creemos.
El valor nos ayuda a vencer las propias inseguridades y el miedo a decepcionar o enojar a los demás. Nos mantiene comprometidos, receptivos incluso, aunque al final la mayoría deje de lado nuestra respuesta «acertada». La humildad nos tranquiliza, cualquiera sea el desenlace. Y, una vez que nos armamos de valor, podemos seguir atreviéndonos a usar nuestra voz y defender principios a la vez que invitamos a que un Poder Superior influya en las decisiones de nuestro grupo y nos mantenemos al margen de los resultados.
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_*Pediré fortaleza para tener el valor de cambiar las cosas que puedo. Sé en lo que creo y tendré el valor de defenderlo… y la buena voluntad y la humildad de aceptar el resultado.*_
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