*Vigilancia*

_1 de Enero_

«La única forma de conservar lo que tenemos es a través de la vigilancia…»

_Texto Básico, p. 69_

¿Cómo nos mantenemos vigilantes respecto a nuestra recuperación? Primero, reconocemos que tenemos una enfermedad que tendremos siempre. Independientemente del tiempo que llevemos limpios, de lo mucho que haya mejorado nuestra vida, del alcance de nuestro alivio espiritual, seguimos siendo adictos. Nuestra enfermedad espera pacientemente, lista para hacer saltar la trampa si le damos la oportunidad.

La vigilancia es un logro diario. Procuramos estar constantemente alertas, listos para ocuparnos de los signos de malestar. No se trata de que debamos vivir con miedo irracional de que algo horrible se apodere de nosotros si bajamos la guardia un instante; sólo tomamos las precauciones normales. La oración diaria, la asistencia regular a las reuniones y no comprometer los principios espirituales para elegir el camino más fácil son actos de vigilancia. Hacemos un inventario cuando sea necesario, compartimos con los demás cada vez que nos lo piden y nutrimos nuestra recuperación con cuidado. Sobre todo, ¡nos mantenemos conscientes!

Siempre y cuando nos mantengamos vigilantes, nuestra adicción nos da un respiro diario. Cada día ponemos en práctica los principios de recuperación en todo lo que hacemos; y cada noche, agradecemos a nuestro Poder Superior por otro día limpios.

*Sólo por hoy:*

Estaré atento y haré todo lo necesario para proteger mi recuperación.

_(Del libro de las reflexiones diarias «Solo Por Hoy» Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)_

Las Doce Tradiciones de Narcóticos Anónimos. La única forma de mantener lo que tenemos es a través de la vigilancia y así como la libertad para el individuo proviene de los Doce Pasos, la libertad colectiva emana de nuestras tradiciones.

Siempre que los lazos que nos unan sean más fuertes que aquéllos que puedan separarnos, todo marchará bien.
1. Nuestro bienestar común debe tener prioridad; la recuperación personal depende de la unidad de NA.
2. Para el propósito de nuestro grupo sólo hay una autoridad fundamental: un Dios bondadoso tal como pueda manifestarse en nuestra conciencia de grupo.Nuestros líderes no son más que servidores de confianza; no gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de consumir.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a NA en su totalidad.
5. Cada grupo tiene un solo propósito primordial: llevar el mensaje al adicto que todavía sufre.
6. Un grupo de NA nunca debe respaldar, financiar ni prestar el nombre de NA a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que problemas de dinero, propiedad o prestigio nos desvíen de nuestro propósito primordial.
7. Todo grupo de NA debe mantenerse a sí mismo completamente, negándose a recibir contribuciones externas.
8. Narcóticos Anónimos nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especializados.
9. NA, como tal, nunca debe ser organizada, pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquéllos a quienes sirven.
10. NA no tiene opinión sobre cuestiones ajenas a sus actividades; por lo tanto su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.

La comprensión de estas tradiciones es un proceso lento que requiere tiempo. A medida que hablamos con otros miembros y visitamos diversos grupos vamos recopilando información. En general, hasta que no nos integramos en el servicio no nos enteramos de que «la recuperación personal depende de la unidad de NA», y la unidad depende de lo bien que sigamos nuestras tradiciones. *Las Doce Tradiciones de NA no son negociables*. Son las pautas que aseguran la vida y la libertad de nuestra confraternidad.

Al seguir estas pautas en nuestras relaciones con los demás y con la sociedad en su conjunto, evitamos muchos problemas. Esto no quiere decir que nuestras tradiciones eliminen todos los problemas. En todo caso tenemos que enfrentar las dificultades a medida que se presenten: problemas de comunicación, diferencias de opinión, controversias internas y problemas con individuos y grupos ajenos a la confraternidad. Sin embargo, cuando aplicamos estos principios, evitamos algunos peligros latentes.

Texto Básico pag. 69 a 71

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