Al fin y al cabo, somos nosotros los que tenemos que vivir con nuestra conciencia. Para hacerlo cómodamente, tenemos que decidir lo que es moralmente aceptable en nuestra vida y lo que no.

-Funciona, Décimo Paso

Hay cierta ironía en el hecho de que el egocentrismo nos hace difícil mantenernos en nuestra propia senda. En algunos casos, dejamos de lado nuestros principios para poner toda la atención en lo que lo demás piensan de nosotros. Otras veces, pasamos por alto nuestro propio comportamiento y nos centramos en cambio en ver hasta qué punto los demás no están a la altura de nuestros valores. El inventario diario nos ayuda a concentrarnos en nuestras acciones y motivaciones. A menudo vemos con más claridad nuestros valores y, en consecuencia, la voz de la conciencia se hace más fuerte y nítida. Tanto si tenemos en cuenta nuestra propia moral a la hora de tomar decisiones como si no, nuestros actos dejan nuestros principios a la vista de todos.

Muchos llegamos a NA con ciertos prejuicios con respecto a la palabra moral. Buena parte de lo que sabemos sobre la moral y la moralidad procede de la familia, la sociedad o la religión, y puede que no nos parezca muy auténtico. Tal vez entendimos mal lo que nos enseñaron o no nos lo trasmitieron demasiado bien. Quizás nuestros valores sean muy diferentes. En cualquier caso, llegar a conocernos mejor por medio de los Pasos Cuarto y Quinto nos ayuda a recalibrar nuestra propia brújula moral. En el Décimo Paso, continuamos este trabajo por medio de un inventario habitual. Aprendemos a aprovechar nuestra sabiduría interna y dejamos que la conciencia guíe nuestros actos.

Allí donde en una época nuestros valores morales contradictorios nos hacían ser desafiantes o críticos, la recuperación nos permite tener la valentía y la confianza de vivir según los valores que consideramos auténticos. Tal vez no siempre sepamos qué debemos hacer para actuar de forma correcta, pero, tal como compartió un miembro: <

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